¿Cómo comprar “innovación con sentido” desde el gobierno? (I): Mecanismos proactivos y reactivos
por Sandra Sinde
La compra pública de innovación (CPI) implica unir los retos en cuanto a mejora de servicios públicos con las soluciones innovadoras que puedan abordarlos. Para ello, el Estado debe promover procesos de innovación abierta y relacionarse con empresas, emprendedores, universidades y startups. Conoce mecanismos para identificar necesidades y para generar canales con los oferentes tecnológicos.
En esta ocasión, vamos a profundizar en la tercera de las “D”, Definición, entendiendo que se trata de un ejercicio que requiere cuidado, método y que debe considerar la realidad y cultura de cada entidad, de manera que nos permita comprar “innovación con sentido”. Cuando una entidad pública toma la decisión de adoptar la CPI como una herramienta para promover la innovación empresarial y mejorar su oferta de servicios ciudadanos, debe tener presente que la primera pregunta a responder es: ¿Cómo construyo un proceso interno que sistematice el uso de la CPI en mi organización y la haga sostenible?
En este momento, pueden surgir muchas ideas, pero todas ellas, nos llevarán a la necesidad de diseñar la unión de dos puntos: las necesidades internas (retos) y las soluciones externas, que nos hará sumergirnos en un esquema de innovación abierta, donde se hará inevitable un relacionamiento constante con empresas, emprendedores, universidades y startups.
La primera de las rutas de conexión: de la necesidad a la solución, constituirá lo que llamamos CPI proactiva, es decir, cuando la entidad pública establece mecanismos para identificar las necesidades de manera constante para volverlas oportunidades de negocio para los solucionadores. La segunda de las rutas de conexión: de la solución a la necesidad, constituirá lo que llamamos CPI reactiva, es decir, la entidad pública diseña mecanismos para recibir propuestas de soluciones o ideas de innovación para analizar si atienden a sus problemáticas.
CPI proactiva: De la necesidad a la solución
Los mecanismos de CPI proactiva están muy relacionados con las herramientas de gestión de innovación, en este sentido se destacan:
- Herramientas de recogida de ideas de mejora o necesidades latentes tanto internas como de proveedores o ciudadanos. Un ejemplo concreto es la plataforma de innovación del Servicio Gallego de Salud (España) como herramienta que permite recoger las ideas de mejora de profesionales asistenciales, administrativos, empresas y pacientes. Esta herramienta ha servido para levantar las necesidades del que sigue siendo a día de hoy el principal plan de innovación a través de CPI en Europa
- Talleres internos multidisciplinares para identificación de necesidades o problemáticas de alcance complejo. Un buen ejemplo es el Ayuntamiento de Madrid, que reúne mensualmente a diferentes áreas del municipio para identificar problemáticas comunes para posteriormente analizar si pudiesen solucionarse a través de CPI. Esto incluye ejercicios de vigilancia tecnológica que permiten identificar posibles oportunidades y también análisis de documentos normativos o estratégicos que puedan suponer cambios para la prestación de servicios públicos y generen necesidades nuevas.
Sin duda, la existencia de un laboratorio de innovación pública o unidad de innovación en la entidad estatal ayudaría mucho en este punto ya que permitiría la generación de las capacidades para diseñar y usar los mecanismos, como ha sido en el caso de Chile, donde el laboratorio de gobiernoha sido un agente clave para la implementación de la CPI en el país.
CPI reactiva: De la solución a la necesidad
Los mecanismos de CPI reactiva están más orientados realizar una “escucha activa” del mercado, generando los canales adecuados y garantizando siempre los principios de concurrencia, transparencia e igualdad de trato. Algunos ejemplos exitosos serían:
- Ventanillas únicas para la gestión de ofertas no solicitadas. Esto consiste en establecer un punto de recepción única (digital o físico) dentro de la entidad pública para recibir todas las posibles propuestas de ideas innovadoras que hagan llegar las empresas, universidades, centros de investigación o usuarios en general. En este sentido, Osakidetza, el servicio vasco de salud, tiene en su web una ventanilla única de ofertas no solicitadas.
- Creación de un equipo interno para análisis de las propuestas recibidas para garantizar su alineación con las problemáticas de la entidad pública.
- Organización de eventos o sesiones de relacionamiento con oferentes tecnológicos para escuchar sus ideas o propuestas. El Ayuntamiento de Madrid, realiza cada dos meses un evento, llamado Innocasting donde reúne a un equipo interno multidisciplinar que escucha las ideas de soluciones que presentan empresas y agentes de investigación en un formato dinámico de 10 minutos de exposición.
- Realización de una llamada abierta a empresas para identificar posibles ideas en fase de desarrollo y donde existan una entidad pública interesada en probar dicha solución. El Centro de Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) en España, a través de su Oficina de CPI, ha puesto en marcha este mecanismo innovador.
Es evidente que la CPI proactiva y la CPI reactiva no son dos procesos excluyentes y que para generar un verdadero círculo virtuoso debemos poner en marcha de manera simultánea ambos mecanismos. El siguiente paso es definir las etapas y actividades del proceso para unir la necesidad y la solución, asunto que trataremos en nuestro próximo artículo, además de contarte algunos casos que se están dando en América Latina.
Y tú, ¿crees que estos mecanismos para estimular la innovación son posibles en la región? Cuéntanos en los comentarios.
fuente: https://blogs.iadb.org/innovacion/es/compra-publica-de-innovacion-innovacion-con-sentido-desde-el-gobierno/